Ante la mirada atenta de nuestro experto en protocolo, Juan Ramón Vidal, no nos queda otra que seguir cuidando hasta el más pequeño detalle. Es lo que tiene regentar una escuela de magia para futuros genios de la dirección deportiva. O sabios, como los ha definido Porfirio Fisac, él sí tocado por una varita, pues llegaba al Máster tras haber multiplicado los panes y los peces llegando a semifinales de ACB con Tecnyconta Zaragoza.
Sabios como Joan Creus. No cabe mejor palabra para describirlo, al menos cuando habla de baloncesto y empieza a valorar posibilidades, a cuantificar porcentajes de éxito o anticipar escenarios de futuro, aunque ya no ejerza profesionalmente en un oficio al que llegó, como buen político de República, y profesor de Hogwarts: a una edad avanzada, con una carrera repleta de éxitos detrás.
Una carrera marcada, aunque a todos se nos arqueen las cejas al escucharlo, por la ausencia de lesiones, ni siquiera un inoportuno esguince de tobillo. Poco trabajo le hubiera dado el bueno de Joan de haberse cruzado con el Doctor Láinez, médico de la época dorada de nuestro baloncesto y actualmente velando por la salud de los jugadores profesionales en Joventut.
De otro modo, igualmente importante, cuida del futuro de sus jugadores, un agente como Igor Crespo, famoso por el reciente fichaje de Mirotic (¿magia?) y todo un referente en el gremio por saber conjugar todas las áreas de conocimiento y cuidado del deportista. Que a él hayan llegado nombres como Juancho Hernangómez, Álex Abrines o el propio Nikola Mirotic dice mucho de su persuasión. Que sigan confiando en él es una prueba infalible de su honestidad y trabajo.
Y lo mismo se puede decir de Chechu Mulero, director deportivo de Valencia Basket y jefe de una de las casas más reconocibles de este universo mágico del baloncesto: L´Alqueria. Su formación camaleónica, denominador común de muchos de nuestros profesores, le otorga una enorme perspectiva para otear el horizonte y reconocer en él los colores que llevan a casa, es decir, a pensar y sentir del modo que la organización, silenciosamente, demanda.
Por no hablar de Richi Serrés, especialista en dinámicas de grupo, en unir a equipos de trabajo en torno a una visión que sobreviva a agendas personales y actitudes tan egoístas como naturales. “Todo es reversible, siempre que mantengamos la confianza en nosotros mismos”, comenta a modo de conjuro nuestro particular mago.
Conjuros, transformaciones, pociones y muchos sabios en esta sucursal de Hogwarts en la que se ha convertido Burgos a espalda de los cada vez más escasos muggles que siguen pensando que lo saben todo cuando ni siquiera conocen nuestra formación o se han hecho las preguntas adecuadas.