Presentamos una propuesta sobre la táctica y los conceptos en categorías de formación, algo sobre lo que ojalá podamos hablar durante el #YouthProcoach que celebraremos este verano en L´Alqueria del Basket.
No sé qué pensaréis sobre el desarrollo táctico en formación y la enseñanza de los conceptos antes que los esquemas, pero creo que las programaciones de los clubes y estructuras de cantera deben hacerse de abajo a arriba, atendiendo fundamentalmente a las cuestiones madurativas físicas y psicológicas, hasta una determinada edad, pongamos que cadete, y que desde entonces deben armarse de arriba abajo, con un ojo en el estado madurativo antes mencionado, pero con otro en las exigencias formativas del baloncesto profesional, en el primer equipo de nuestro club y, si somos generosos (y deberíamos), un poco más allá.
Los entrenadores de formación hemos de simplificar los conceptos a enseñar
Por razones obvias, y dadas las dificultades que los jóvenes encuentran para llegar a niveles ACB o Euroliga, el espejo lo encontramos en las ligas LEB, con el hándicap de que sus clubes tienen sus propios objetivos y ambiciones: por más que la federación legisle a favor de estos jugadores jóvenes, las exigencias competitivas son muy altas y las metas de directivas, aficiones y entrenadores, salvo en el caso de equipos que formen parte de estructuras más grandes, tienen que ver con las victorias, los ascensos y las permanencias. Por todo ello, los entrenadores de formación hemos de simplificar los conceptos a enseñar de modo que, de una manera rápida e intuitiva, el jugador pueda conocer los mecanismos básicos, los modos en que funcionan y responden las defensas; conceptos que les permitirán jugar cualquier serie o sistema con éxito.
Afortunadamente, tal vez se trate de un pacto mutuo de no agresión, la rigidez con la que se establecen los patrones defensivos, la existencia de normas claras, también algunas cuestiones relacionadas con la propia naturaleza humana, me han permitido fijar siete conceptos tácticos ofensivos que funcionan con independencia de la situación que se quiera dibujar. Veamos esta propuesta de desarrollo táctico en formación: conceptos antes que los esquemas:
1. Jugar cuando no juega la defensa
Seguro que hay más supuestos, alguno que tú ya estás pensando mientras lees esto, pero hay muchos casos en los que seguir jugando tiene premio. Cuántas veces lo hemos dicho: nada como la sensación del trabajo bien hecho. Pero claro, el trabajo no está acabado mientras el balón está en el aire, cuando parece que se aleja de nuestra posición, tras una buena primera fase de la transición defensiva o tras un primer esfuerzo de notable alto. Por esto aconsejamos a los jugadores que tengan el hábito de seguir jugando tras un tiro, especialmente tras un rebote ofensivo, cuando la defensa parece establecida pero no lo está (stop&go), tras un esfuerzo para recibir o, de manera coordinada con el resto de compañeros, tras hacer creer a la defensa que la cosa no va con nosotros.
2. Jugar donde no juega la defensa
Como decía en la introducción, las defensas juegan con cartas descubiertas. Tras muchos años llevando la iniciativa por demérito de ataques demasiado estáticos, las defensas aún no han sabido ajustarse a las nuevas capacidades de los jugadores y a las nuevas estrategias ofensivas. Así, además de situaciones muy pautadas, de pizarra o doctrina baloncestística, hay conceptos que los jugadores deben conocer. Me gustan las continuaciones “entre líneas” o hacia zonas de conflicto, también aquellas a espacios liberados, aunque no sean hacia canasta. Y ante defensas que orientan, el jugador necesita saber que algunas reglas viejas, como la de jugar automáticamente al lado contrario de la recepción, han quedado obsoletas. Atacar el balón, volver sobre el bloqueo (sin necesidad de repick) y buscar el lado abierto son conceptos nuevos y esenciales.
3. La pausa o la finta a la finta
La finta, un engaño, pierde su valor, probablemente también su sentido, cuando se pauta o regula en exceso. A mí me gusta la actividad en defensa, pero me gusta más la incertidumbre. No hace falta que el jugador esté en continua actividad, basta con que esté preparado y sorprenda. Sin embargo, las fintas defensivas forman parte ya de una coreografía que el ataque puede anticipar. Y nada mejor contra la finta que la finta. Y sobre bote, la mejor finta posible es la pausa.
4. Solidaridad defensiva, solidaridad ofensiva
Prácticamente todos los equipos profesionales plantean defensas de ayuda, muy pendientes de cerrar caminos al balón y a las continuaciones de bloqueos directos e indirectos. De ahí que haya que dotar a los jugadores de soluciones tácticas individuales, en el marco de unas normas de equipo, para sellar ayudas, impidiéndolas, castigarlas o matar segundas ayudas. De ahí la importancia del juego de 3×2 y 2×1 en el lado de ayuda y la generosidad de cortes y bloqueos contra defensores hundidos que, en mi opinión, deberían tener la consideración de una asistencia o de cualquier otro reflejo estadístico.
5. Se buscan amplificadores de la ventaja
Estoy convencido de que los equipos sobredefienden, de que vivimos instalados en una cultura que sobremarca el balón, acude cuando no es necesario y concede demasiado espacio al jugador sin balón, un espacio que invita a que el manejador, simplemente, se lo regale a su compañero para que este ataque closeouts largos o suelte rápidos pases extra. De ahí que haya que fomentar mucho más el juego desde la recepción del balón, todos los recursos posibles para atacar o generarse espacios lateralmente para lanzar liberados. Los generadores de ventaja son siempre seres elegidos, pero los mantenedores y amplificadores de ventajas, además de ser muy valiosos, son jugadores que debemos formar y promocionar.
6. El mano a mano, algo más que una moda pasajera
El mano a mano fue uno de los primeros recursos tácticos introducidos en el baloncesto, toda vez que empezara siendo algo parecido a un futbolín viviente, con las demarcaciones muy bien delimitadas: defensas, centro, delanteros. Su recuperación en fechas recientes, tras los experimentos iniciales y el amor que le tenían también los soviéticos, tiene que ver con la búsqueda de nuevas soluciones para ser verticales y también con evitar alguna de las defensas típicas del bloqueo directo, pues en el mano a mano, sobre todo cuando se trata más bien de un pase corto de entrega (flip pass), es muy difícil pasar de tercero, cambiar en el tiempo correcto y, por supuesto, atrapar, sin que ello resulte en una finta de mano a mano, una puerta atrás o llegar tarde al encuentro del jugador que lo tomó.
7. Dos por uno, dos por uno, dos por uno
Hay una situación que se repite una y otra vez en el baloncesto actual, un baloncesto en el que el entrenador, con sus sistemas, y los jugadores, con sus habilidades técnicas, en colaboración con rivales que tienden a sobredefender, se fabrican ventajas que, en algún momento, plantean duelos individuales muy concretos que se deben resolver, este es el problema, en muy décimas de segundo. Me refiero al 2×1. De ahí que sea fundamental que los jugadores, como pistoleros del Far West o jugadores de póquer en la mesa de The Cincinnati kid, puedan averiguar las intenciones de su oponente y anticiparse.
Y hasta aquí este post sobre el desarrollo táctico en formación: conceptos antes que los esquemas. Esperando que haya servido para agitar ideas y abrir expectativas ante lo que vamos a disfrutar durante el Youth Procoach que no debes perderte este verano.