El parón por las fiestas navideñas suele ser un período idóneo para que el entrenador se mire frente al espejo. Apenas un par de semanas, una en algunos casos, sirve tanto para que los jugadores tengan un descanso, como para que los entrenadores entren en una fase de reflexión inevitable.
Y es que este parón navideño pocas veces llega en el momento adecuado, pero a la larga, siempre se antoja necesario.
Veamos las circunstancias en las que los entrenadores se enfrentan a este descanso obligado:
“Me ha cortado la racha”
Este suele ser el lado más fastidioso la dinámica, puesto que normalmente viene precedido de una serie de victorias y de procesos en positivo que han hecho llegar a este período con buen sabor de boca.
A pesar de que al equipo técnicamente no le venga bien, puesto que podía continuar con la inercia positiva, también es cierto que todos se van con unas buenas sensaciones, que permitirán iniciar la vuelta a la rutina competitiva con garantías anímicas.
¿Qué debe hacer el entrenador?
En este caso el entrenador deberá aprovechar el descanso para sentirse satisfecho del trabajo realizado (rara actuación esta), intentar desconectar algunas horas (48 h…aunque con 24 ya nos damos con un canto en los dientes), y plantear los retos futuros que le esperan en la temporada, planificando los escenarios previstos.
En el aspecto más personal, aquellos más ávidos podrán enriquecerse con alguna formación en alguna de las patas del conocimiento que se han mostrado más débiles durante lo que se lleva de temporada.
“A ver si podemos enderezar el rumbo”
Si llegas con este pensamiento es que las cosas no han ido bien, y que aunque se inició bien se han ido torciendo a medida que han avanzado las jornadas.
Probablemente hayas finalizado con una racha negativa o con muchas dudas sobre el proyecto iniciado. Este descanso vendrá bien, sin duda, para poder tomar el aire necesario que permita renovar esperanzas.
¿Qué debe hacer el entrenador?
Como recomendación dar un paso atrás y ver en mejor perspectiva aquello en lo que el equipo no ha acabado de funcionar. Analizar con mayor frialdad los resultados y las razones, para poder así tomar decisiones con una mejor base de conocimientos.
Asimismo una buena recomendación es consultar a algún entrenador cercano o recurrir a alguna asesoría para que te den una visión externa de la situación. A partir de las carencias, resultaría importante realizar alguna formación que te proporcione herramientas para gestionar mejoras en los procesos que planifiques para el resto de la temporada.
“Nos va a venir bien para seguir creciendo”
Otra de las reflexiones del entrenador en navidades es esta frase acuñada por aquellos que han dejado a su equipo no como quisieran, pero sí con cierto buen sabor provocado por una racha mejor -sin ser espectacular- de la que iniciaron la temporada.
Es la clásica situación de venir de pasar fatigas y acabar con mejores sensaciones. Un par de resultados positivos y alguno negativo pero sin gravedad, es la normal situación de este tipo de equipos.
Aquí el descanso, sin ser del todo deseado, puede ayudar a prepararse mejor, aprender de los errores y reforzarse para lo que queda de temporada.
¿Qué debe hacer el entrenador?
Fundamentalmente las reflexiones del entrenador en navidades deben ser muy personales sobre los motivos del comienzo (que normalmente no fue bueno), y ver los brotes verdes que te han permitido crecer, para seguir permitiéndoles un desarrollo saludable.
Como recomendación, una formación basada en elementos donde tengas carencias puede permitirte dar el impulso necesario a tus deportistas a los que no le has llegado con claridad.
“Esto hay que cambiarlo de arriba a abajo”
Si esta es tu frase, aunque probablemente no te hayas comido el turrón, si te has librado por los pelos es que tu equipo se parece en mucho al Titanic en pleno proceso de descomposición.
Toca reinventarse, nada vale de lo realizado anteriormente. Los resultados probablemente serán malos y las excusas utilizadas de poco valdrán ya a nadie de los que rodean al club.
Sin duda algunas, este parón te viene que ni anillo al dedo. Sumergido en un mar de duda y desconcierto, tanto a jugadores como entrenadores, este descanso es un océano de oportunidades para remontar el vuelo.
¿Qué debe hacer el entrenador?
Aquí sí o sí debes mirarte al espejo y ser sincero. En primer lugar preguntarte si te ves capaz de mejorar a este equipo; en segundo lugar ser honesto en las carencias que has demostrado tener y sí o sí hacer un planteamiento de mejora.
Empezar por la formación puede ser una buena estrategia porque esto nunca te va a hacer peor.
Así que ya sabes, estés en cualquiera de los momentos que hemos planteado, o en otros distintos, una buena mirada frente al espejo, siempre ayuda. Esperamos que estas reflexiones del entrenador en navidades te hayan podido ayudar.
Gracias por leer y compartir.