Sito Alonso, Víctor Luengo y Víctor Lapeña. De derecha a izquierda y con un nivel de implicación casi impensable, tanto que Sito se ha declarado “obsesionado por el minibasket”, enfermo de una etapa en la que residen, según él, todos los vicios y virtudes con los que luego se ha encontrado en su experiencia profesional. Esa mesa declaró inaugurado el I Congreso de Minibasket, organizado por Sport Coach Academy y celebrado en un entorno tan privilegiado como el de L´Alqueria durante un solsticio de verano que anuncia cambios importantes en la formación del entrenador.
Finalizado el protocolo tomó la palabra Víctor Lapeña. El entrenador zaragozano, la próxima temporada al mando del Nadezhda Orenburg, inició la charla con una breve pieza de “How the West was won” planteando la situación actual como la de un territorio sin ley, regido por las viejas reglas del oeste. Nos invitó a “evangelizar”, no sobre lo correcto, sino sobre lo científico, riguroso y demostrado, aspectos que pasan, en primer lugar, por la formación del entrenador, por la puesta ante el espejo de sus propios límites y carencias. La ponencia fue tomando poco a poco el aire de un intercambio de ideas sobre el proceso de toma de decisiones, los tipos de corrección, el uso del vídeo en la categoría mini, los procesos de codificación y de decodificación que sigue un alevín para obtener y traducir la información.
Con el terreno sembrado de interés y curiosidad, con congresistas abiertos a plantear experiencias personales y extraer de ellas enseñanzas y aprendizajes más generales, tomó el relevo Dani Moreno, preparador físico del Joventut de Badalona y coordinador del trabajo que se lleva a cabo en toda la estructura de una de las canteras más prestigiosas del mundo. Sirviéndose del ejemplo de Alberto Abalde, presente en la conferencia, Dani planteó una iniciación a la preparación física basada en el multideporte (huir de la especialización temprana), las actividades básicas –correr, trepar, lanzar, reptar, saltar, caer,…– y el cuidado de la salud de los jóvenes deportistas. Empleando los resultados de artículos científicos de máxima actualidad, Dani nos instó a servirnos de los consensos alcanzados por la doctrina y, por supuesto, a planificar en torno a ellos.
Recogió el guante y cerró la última entrada del día el siempre brillante Richi Serres, “inspirador del éxito ajeno” (como se define en su cuenta de Twitter), quien planteó la primera fase del modelo “forming, storming, norming and performing” de creación de equipos partiendo de la máxima de que un equipo de mini no es tan diferente, algo que expresó también durante una mesa redonda en la que los entrenadores presentes en el Congreso, incluido un Víctor Lapeña que quiso ser uno más, expusieron sus problemas a la hora de incluir el aprendizaje emocional y psicológico en sus tareas diarias o en la planificación anual llevándose a cambio un manual de posibles soluciones por parte de un “bombero” experto en afrontar crisis deportivas, abordar conflictos y ayudar al deportista a combatir el miedo, el mismo miedo, a ganar o perder, que el propio entrenador proyecta en su equipo cuando no es capaz de entender que esto va de nunca olvidar quién eres, sonreír en la adversidad, confiar en el trabajo y, al volver la vista atrás, comprobar que no te arrepentirías de nada. ¡A jugar!