Nada más entrar en la pista central de L´Alqueria, las instalaciones de la cantera del Valencia Basket, bajo el logotipo, el escudo del equipo y el ya famoso eslogan “cultura del esfuerzo” se halla “El Mur dels somnis”, una pared dedicada a todos los jugadores que se formaron en la escuela del club y pudieron debutar en el primer equipo, algunos tan famosos como Víctor Luengo o el propio Víctor Claver y que, aunque pueda parecerlo en su forma, lejos de tratarse de un homenaje, funciona principalmente como promesa.
“El muro de los sueños” debería llevar por nombre “el muro de los sueños cumplidos”, la culminación de un anhelo previo, es verdad, pero también de todo un camino en el que los entrenadores jugamos un papel clave. Más aún en la etapa de minibasket, cuando los cimientos se construyen muy poco a poco y el principal riesgo no es tanto quedarse corto como destruir para siempre.
Esta responsabilidad es la que ha movido a muchos entrenadores españoles a participar en el I Congreso de Minibasket organizado por Sport Coach Academy en el contexto de la Copa de España alevín, un evento en el que se ofertará información rigurosa, científica y contrastada con el objetivo de complementar todos esos modos de acceso al conocimiento que hasta ahora habían reinado: la intuición, el carisma y la tradición heredada. Para ello, además de figuras eminentes como Sito Alonso, Richi Serrés o Josep Bordas, el congreso colaborará con la colaboración de la empresa Play Sight, experta en trasladar a través de su tecnología de vídeo, las mejores imágenes para su utilización en tiempo real con vistas a la corrección de detalles y a la mejora efectiva de gestos técnicos toda vez que la autopercepción del jugador queda completada por la comprensión del que se ve desde fuera y el feedback experto del entrenador.
Por si albergasen aún alguna duda, lo que tendrá lugar a partir de mañana en L´Alqueria del basket, esta suerte de vergel para los amantes del baloncesto, es un congreso en toda regla, con clases magistrales de los mejores expertos en la materia, comunicaciones y mesas redondas, amén de una organización que no va a escatimar un detalle para que la experiencia colme las expectativas de los allí presentes, esos técnicos que, llegados de todos los rincones de España, comprendieron que, como diría Juan Luis Guerra, son la visa para un sueño.