Una hora menos de encierro y casi no llego a tiempo a mi cita diaria. Esta es la inmensa paradoja del tiempo en estos días, que se estira ante la falta de obligaciones laborales y la imposibilidad del viaje y que, sin embargo, se queda corto para poder realizar todos esos planes con los que fantaseábamos para cuando llegara el verano y tuviéramos tiempo para leer, revisar contenidos, hacer introspección. En ello influye la necesidad de estar conectados con todos nuestros amigos y familiares, pero más aún la cantidad de tiempo que dedicamos esquivando las balas.
Hay escritores que trabajan con mapa y otros que escriben con brújula
Maneja Javier Marías, escritor de reconocido prestigio, una teoría para la creación literaria. Distingue entre escritores que trabajan con mapa, es decir, con un itinerario concreto, un punto de origen y otro de destino, y aquellos otros que lo hacen simplemente con brújula, con una guía con la que orientarse sin renunciar al instinto. Traslademos esta teoría al mundo del entrenador.
Veo cómo estos días la creación y difusión de contenidos se ha multiplicado en todas las áreas temáticas posibles y coincido con quienes dicen que esta época de confinamiento obligado, restricción de las libertades, imposibilidad de un simple y saludable paseo, no es el mejor momento para emprender grandes empresas. Este aluvión de contenidos nos ha pillado en casa, esto seguro, pero no necesariamente provistos de mapa o tan siquiera una brújula.
No debemos olvidar las competencias transversales
Antes de abrazar la formación, y esta es una empresa que se dedica a ello, cada entrenador debería evaluarse a sí mismo, saber dónde está, cuál es su realidad y cuáles sus expectativas. Y creo, sinceramente, que antes de enfangarse en los debates metodológicos debe acudir a las competencias transversales que lo harían “útil” (no sabéis cuánto odio esta palabra) en cualquier sector de la sociedad: capacidad para trabajar en equipo, estrategias de comunicación, habilidades de liderazgo, dominio del idioma y bagaje, en general, bagaje vital para poder hablar a los jugadores desde la trinchera y no desde un púlpito.
Y en cualquier caso, si abraza las cuestiones más concretas y específicas del baloncesto, debería ir provisto de mapa o de brújula, al menos. De lo contrario, esta acumulación de contenidos e ideas puede ocasionar un grave perjuicio en la estructura del conocimiento. Ser entrenador supone también escribir una autobiografía, sin negro o asesor de ventas. Más vale no olvidar nunca de dónde venimos ni perder de vista cuál es la meta, sea cual sea. Mapa o brújula, elijan, pero elijan.