¿Cuál es la mejor forma de hacerlo desde el banquillo o desde el campo? El liderazgo es un rasgo esencial en cualquier organización, pero la forma más efectiva de liderar puede ser una decisión difícil. El liderazgo se puede ejercer desde el banco o desde el campo, y cada uno tiene sus propias ventajas y desventajas. En este artículo exploraremos cómo liderar un equipo desde las dos perspectivas y veremos la mejor manera de hacer uso del liderazgo en diferentes contextos. Basándonos en ejemplos del deporte, consideraremos las implicaciones de liderar desde cualquier posición.
El liderazgo es un concepto que ha sido estudiado y debatido durante siglos. Es uno de los elementos centrales de las organizaciones, equipos y sociedades exitosas.
El liderazgo es un fenómeno multifacético que ha sido estudiado desde innumerables perspectivas disciplinarias, desde la sociología hasta la psicología y el comportamiento organizacional.
En términos generales, es la capacidad de un individuo o grupo para influir y guiar a otros hacia un objetivo compartido. El liderazgo implica inspirar a los seguidores y establecer la dirección de los grupos, lo que implica exhibir cualidades como visión, carisma, integridad y entusiasmo. Más específicamente, el liderazgo implica motivar a los demás demostrando competencia, estableciendo una visión y articulando un propósito al mismo tiempo que cultiva la confianza entre el grupo.
Un líder debe ser capaz de motivar a sus compañeros y ser un ejemplo a seguir. La capacidad del líder para brindar orientación, dirección y apoyo es fundamental para garantizar el éxito de su equipo u organización.
El papel de un líder también incluye el desarrollo de relaciones entre los miembros del equipo, la creación de confianza dentro de la dinámica del grupo, el seguimiento del progreso hacia las metas, la comprensión de las diferentes perspectivas y la promoción del cambio si es necesario.
“¡Claro que soy el líder! El líder de una selección ha de ser el entrenador, tienes que decirles a los jugadores que tú eres el líder aunque sea tu primer año como entrenador. “
Luis Enrique para elmundo.es
Al discutir el concepto de “liderar desde el banco o desde el campo”, se deben considerar las distinciones entre los estilos de liderazgo. Específicamente, liderar desde el banco implica un enfoque más de no intervención, en el que uno guía y supervisa las operaciones desde lejos, mientras que liderar desde el campo sugiere un papel más directo y comprometido en la toma de decisiones.
Como tal, es importante determinar qué estilo se adapta mejor al contexto organizacional: ¿un líder debe participar activamente en las estrategias de implementación o simplemente supervisar el progreso?
El estilo de gestión de Luis Enrique es muy individualizado, ya que entiende que no hay dos jugadores exactamente iguales. Trabaja en estrecha colaboración con cada jugador para asegurarse de que comprendan sus roles y responsabilidades dentro del equipo. Su enfoque crea un entorno en el que todos se sienten valorados, respetados y animados a alcanzar su potencial en el campo de juego. Pero él es quien marca las normas, los modelos de juego y la estrategia a seguir.
Además, el entrenador Luis Enrique asume el liderazgo del grupo para aliviar la presión hacia sus jugadores, tomando él el protagonismo de lo que sucede tanto fuera como dentro del campo.
La capacidad del líder para brindar orientación, dirección y apoyo es fundamental para garantizar el éxito de su equipo u organización.
SportCoach Academy
Más allá del resultado, es un modelo de liderazgo desde el banquillo que pretende enfocar toda la crítica y presión hacia él, dejando que sus jugadores se centren en llevar a cabo sus instrucciones en el campo de juego.
Sergio Scariolo ha sido un líder influyente en el campo de juego y en el vestuario de los equipos que ha entrenado a lo largo de los años. Su capacidad para liderar, motivar e inspirar a sus jugadores a dar lo mejor de sí es inigualable.
El estilo de liderazgo de Scariolo se puede describir como una combinación de inteligencia emocional, discursos inspiradores y orientación consistente con objetivos claros.
Con las ideas claras, Scariolo es capaz de hacer que el equipo mute hacia diferentes modelos de juego, incluso durante el mismo partido.
Este enfoque de liderazgo, también centrado en el banquillo, trata de que la fuerza del grupo (la familia como se llaman entre ellos) sea capaz de llegar más lejos que su propia naturaleza de equipo.
El enfoque de gestión de Del Bosque se caracteriza por su capacidad para motivar a las personas dentro del equipo, la apreciación de los detalles y la flexibilidad táctica.
Crea un entorno en el que los jugadores se sienten apoyados y pueden expresarse libremente en el campo.
Un entrenador respetado, que dejaba todo el protagonismo y los focos a sus jugadores. Manteniéndose en un segundo plano.
Sin embargo, esto no afectaba ni lo más mínimo al respeto que sus jugadores tenían sobre él.
Del Bosque demuestra que existe un liderazgo de éxito que se basa en una dirección clara pero también flexible, a medida que las situaciones cambian con el tiempo.
Lionel Messi ha establecido un estándar de liderazgo y habilidad extraordinarios dentro del campo.
Además de ganarse la admiración en todo el mundo por su rendimiento como jugador, sus logros lo han convertido en un líder entre los jugadores de su selección.
Messi ha demostrado como un jugador puede evolucionar desde no tener madera de líder, a convertirse en un líder excepcional al capitanear la selección argentina. Su habilidad para tomar decisiones cruciales durante los partidos mientras mantiene la compostura ha resultado en sus notables éxitos tanto a nivel nacional como internacional.
El caso de Messi, como el de otros tantísimos jugadores, permite contrastar el modelo de liderazgo en el propio campo de juego, referente cuando se necesitan cosas, diana cuando se critica.
No todos los jugadores asumen ese rol en el que podemos encontrar a deportistas como Modric, Lebron James, Tom Brady, o los fallecidos Maradona o Kobe Bryant.
Un líder tiene éxito o fracasa con la progresión o no de sus compañeros.
Kobe Bryant
Este modelo de liderazgo centrado en una figura dentro del campo de juego, no tanto permite al entrenador tener un referente sino que, sobre todo, ayuda al resto de jugadores a saber quién es el que debe decidir, a quién mirar en situaciones complejas.
Liderar desde el banquillo puede ser una tarea dura y difícil para cualquier entrenador. Por un lado, es un rol importante que requiere dedicación y enfoque, pero por otro lado, trae consigo un cierto grado de responsabilidad. El desafío radica en equilibrar los dos para convertirse en un líder eficaz.
Como todo, liderar desde el banquillo tiene sus pros y sus contras.
En el lado positivo, poder observar desde la línea de banda les da a los entrenadores una perspectiva única sobre cómo se están desempeñando sus jugadores y les permite hacer ajustes rápidos según sea necesario.
Además, esto les da a los entrenadores tiempo para desarrollar relaciones con sus jugadores fuera de los escenarios de práctica y tiempo de juego, lo que fomenta la confianza entre ellos y permite una mejor comunicación con respecto a las decisiones estratégicas.
En el lado negativo, encontramos la ausencia de referente en el campo de juego, se diluye la responsabilidad, se comparten roles, y se busca en momentos de tensión al referente sin encontrarlo.
Liderar desde el campo de juego en un partido puede ser una forma beneficiosa para que los jugadores asuman roles de liderazgo. Como líder en el campo de juego, los jugadores tienen la oportunidad de influir en el resultado de un partido y adquirir una valiosa experiencia. Sin embargo, también existen inconvenientes potenciales que deben tenerse en cuenta antes de adoptar este enfoque.
En lo negativo, liderar desde el terreno de juego puede ejercer presión sobre un jugador que no está acostumbrado a hacerse cargo de los partidos.
Esto puede generar distracciones e inquietudes mientras intentan equilibrar su propio desempeño con sus nuevas responsabilidades.
Además, esta forma de liderazgo requiere más tiempo que otros métodos, ya que implica guiar activamente a los compañeros de equipo sin dejar de participar en el partido.
Tales demandas fácilmente podrían abrumar a algunos jugadores que no están bien equipados o no están preparados para tal tarea.
En el lado positivo, encontramos al jugador capaz de asumir ese rol principal cuando las circunstancias lo solicitan, que levanta la mano cuando las cosas no van bien y es capaz de impulsar al equipo.
Asimismo es destacable la posibilidad de generar un código interno entre iguales que permite más interacciones.
Cuando se trata de liderazgo, no existe una respuesta única para todos. Para ser un líder exitoso en cualquier situación, es importante comprender lo que sucede en el campo de juego y a los jugadores que lo componen. Se necesita una gran cantidad de capacitación y experiencia para convertirse en un líder efectivo, así como la voluntad de adaptarse y aprender de los errores del pasado.
Para saber cómo liderar un equipo, debemos saber que hay dos tipos principales de líderes: líderes transformacionales y líderes transaccionales. Los líderes transformacionales buscan el cambio a través de la motivación y la inspiración, mientras que los líderes transaccionales se enfocan en brindar recompensas por el cumplimiento de las expectativas.
Un buen líder debe tener aspectos de ambos estilos para crear un equipo efectivo que pueda esforzarse por lograr objetivos comunes con respeto mutuo. Al combinar estos dos enfoques, el líder podrá crear un espacio seguro para todos en su equipo para que se sientan cómodos trabajando juntos hacia el éxito.
No hay una respuesta definitiva a la pregunta de si es mejor dirigir desde el banquillo o desde el campo. Cada situación requiere un enfoque diferente y un líder debe ser capaz de tomar la decisión correcta para lograr el éxito.
Como líderes, es importante comprender nuestras propias fortalezas y debilidades y cómo podemos utilizarlas mejor en cualquier situación dada.
En conclusión, está claro que los mejores líderes pueden dirigir tanto desde el banquillo como desde el campo.
Son capaces de comprender la dinámica de su equipo, identificar las fortalezas y debilidades de cada individuo y desarrollar estrategias que sacarán lo mejor de todos.
Los líderes deben poder trabajar en colaboración con los miembros de su equipo, generar confianza e inspirar a otros para que se desempeñen al más alto nivel.
Todas estas habilidades son esenciales para saber cómo liderar un equipo con éxito sin importar si es desde el banquillo o desde el campo.
Gracias por leerlo y compartirlo.
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