Comenzamos la serie COACH TALKS, entrevistando a Antonio Herrera actual Director Técnico de Cantera de Unicaja Málaga (Liga ACB Endesa) de temas de gran interés sobre cantera, la gestión en pandemia y la búsqueda de talentos; y en especial del descubrimiento de Yannick Nzosa.
El cambio tiene que ver con los plazos. Cuando eres entrenador de un equipo profesional, el corto plazo y los resultados lo condicionan todo. Sin embargo, cuando pensamos en el futuro de una cantera, en el diseño de un plan de trabajo para unos jugadores jóvenes, siempre hablamos del largo plazo. Verlo con esta perspectiva hace que el baloncesto tenga más espacio aún y cobre una mayor importancia la necesidad de desplegarlo en toda su esencia, tanto a nivel mental como a nivel competitivo, incidiendo en los detalles dentro de la técnica individual, de la mecánica de tiro y, todo ello, con un objetivo: que ese jugador, pasado mañana, pase a formar parte de las ligas profesionales. Ello es una enorme motivación.
La búsqueda de nuevos talentos es una parte importante del trabajo y, a ella, se le van dedicando porciones de tiempo a lo largo del año. Hay que estar muy pendientes del desarrollo de los chavales, aunque, por ejemplo, en este período de pandemia, se ha hecho todo mucho más complicado, al no haber competiciones. Por tanto, es algo que siempre está ahí. Ahora bien, cuando el talento ya existe porque lo tenemos en la cantera, la clave es trabajar para poder desarrollarlo.
“Si piensas en cantera tienes que hacerlo a largo plazo”
Para un club como UNICAJA, el talento no puede tener fronteras. Hay que estar dispuestos a ir en pos del talento a cualquier rincón, da igual de África, que de Europa que del pueblo más pequeño de España. Con esa mentalidad hemos de afrontar el trabajo diario.
La pandemia ha complicado la exposición de los jugadores y, sobre todo, les ha lastrado sus experiencias competitivas, pues van a perder prácticamente dos años… pero hay que emplear todas las herramientas a nuestro alcance para poder trabajar. En ese sentido, hemos de estar abiertos a todo tipo de herramientas, contactos, plataformas, para poder identificar ese talento y que no se nos escape: vídeo, informes, agencias que están atentas a los talentos más nuevos, datos… todo ha de servirnos para conformar una opinión sobre futuros jugadores.
Yannick era un objetivo que me autoimpuse cuando empecé mi trabajo en la dirección de la cantera. Buscaba el máximo talento y esa fue mi obsesión. Hoy, Yannick es una realidad. Estoy muy contento por el jugador y por el club.
Lo controlo desde que él llega a Italia, me lo envían en vídeos y le hago un seguimiento. Me defino claramente en un torneo de la Euroliga, y en cuanto llegué a Málaga lo puse encima de la mesa. Aprovechamos que estaba en Málaga concentrado con su selección, me fui a hablar con Lolonga [Federación congoleña]. Tuvimos una respuesta negativa al principio por su vinculación en Italia, pero después accedieron y le pudimos enseñar el club y explicar nuestro proyecto para Yannick. Salió todo a partir de ahí con el trabajo del presidente Eduardo García, de Manolo Rubia, de Ramón García y Paco Sáez que creyeron en mi criterio y pusieron el tiempo y los recursos para una batalla legal dura. Teníamos muy claro cual era el valor real de un jugador con este talento.
Buscar el máximo talento fue mi obsesión desde que empecé como director de cantera. Al ver a Yannick lo puse encima de la mesa hasta que lo conseguimos traer.
Cuando hablamos de talento, hablamos de armonía entre las dotes físicas, las dotes deportivas y luego, sobre todo, la construcción de un carácter y una mentalidad muy vinculada al trabajo. En ocasiones, los entrenadores pueden influir en ello, pero en otras muchas, no. Existen otros factores externos al jugador, como la familia o el entorno, que condicionan mucho. Un éxito repentino y temprano puede ser tremendamente condicionante. Por tanto, no creo que los entrenadores españoles tengan problemas para reclutar el talento español. Sí que es cierto que probablemente en algunos casos el tipo de trabajo a desarrollar con los chavales habría de ser mucho más enfocado a la toma de decisiones y a que el jugador pudiera tener más tiempo el balón en sus manos, independientemente de sus características físicas, pero no creo que el entrenador español sea responsable de que exista más o menos talento.
Un club ACB o Euroliga ha de tratar de encontrar fuera lo que no haya en casa. Hoy, en casa, es complicado encontrar grandes físicos; a veces, por cuestiones genéticas y ligadas al tamaño, a la velocidad y la explosividad. Esa es una de las claves, aunque el talento puede aparecer, como he dicho, en cualquier lugar.
Sí, es un activo para el club. Es una experiencia más para la cantera del club y el hecho de trabajar con este tipo de jugadores, de prospects, genera una expertise singular que podrá trasladarse a los jugadores que vengan por detrás. Luego, obviamente si todo está bien hecho, ha de ser un ingreso que permita seguir invirtiendo en la cantera.
“No creo que el entrenador español sea responsable de que exista más o menos talento en nuestro país”
La clave es que todos pensemos que estamos trabajando con jugadores de futuro, que tenemos que ayudar a que crezcan esos jugadores y que esa es nuestra gran responsabilidad como entrenadores. Estar pensando ya que en nuestras manos tenemos el futuro del baloncesto español, del mismo modo que puede ser temerario nos pone en una posición poco realista. Lo más interesante es ayudar a construir una mentalidad de trabajo, de cuidado por los detalles, de mejora, que les sirva tanto a esos jugadores como al propio entrenador para crecer. La principal reflexión que yo me haría sería: también yo como entrenador cuántas cosas tengo que mejorar, de qué modo he de mirar hacia dentro para ser cada día un entrenador mejor. Esa es una de las claves: el trabajo diario no puede ser el de fotocopiar entrenamientos de un año para otro o de un día para otro o copiar ejercicios de aquí o de allá. Hay que tratar de personalizar lo máximo el aprendizaje y el desarrollo de los jugadores, que cada jugador sea diferente y que se acostumbren a desarrollarse y a vivir en un entorno de exigencia, consigo mismos y de trabajo honesto con ellos y con el equipo. Ése es el mayor activo y el mayor beneficio que podemos tener.
Gracias Antonio por tus respuestas y mucha suerte en la temporada.
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