Aprovechar el período fuera de temporada (offseason) para trabajar individualmente es una práctica asentada desde hace muchos años en la NBA y NFL que se ha extendido en los últimos años al fútbol, pero, ¿es realmente importante? Analizamos qué hay en la literatura científica sobre este tema y cómo sacar partido a este período. Veamos la importancia del trabajo Offseason.
Verano de 1995: Michael Jordan ha vuelto a la NBA después de un año de ausencia, pero sus Chicago Bulls caen en semifinales de conferencia contra Orlando Magic. Hasta el inicio de la temporada 95-96, a Jordan le esperan unos meses intensos rodando Space Jam, pero la reciente derrota ha herido su orgullo y le lleva a exigir a los productores una condición innegociable para rodar: instalar una sala de pesas y una pista de baloncesto junto al set de rodaje.
Así, en el aparcamiento de los estudios de Warner Bros se construyó el mítico Jordan Dome, y así, la ética de trabajo que llevó a Michael Jordan a volver a lo más alto del baloncesto (en la siguiente temporada consiguió ser MVP y campeón de la NBA) sirve como un ejemplo muy ilustrativo de lo que significa aprovechar el período de tiempo entre el final de una temporada y la vuelta a los entrenamientos de pretemporada, también conocido como offseason.
El desarrollo de las ciencias del deporte a lo largo de la última década, la hiper especialización y las demandas cada vez mayores del deporte de élite nos pueden llevar a pensar que el trabajo offseason organizado y enfocado a objetivos es algo relativamente reciente en el mundo del deporte, pero al indagar en este tema, encontramos que la realidad es otra.
“La NFL incluso ha ido un paso por delante, calendarizando y organizando el período offseason, con sesiones de trabajo voluntarias organizadas en el entorno de cada equipo a lo largo de las semanas previas a las concentraciones de pretemporada.”
Iván Vivo
Si bien nos ha servido como ejemplo el verano de Jordan en 1995; uno de sus archienemigos en los años noventa como Karl Malone, ya protagonizó un reportaje de la NBA sobre el trabajo offseason en el verano de 1989. Al revisar la literatura científica relacionada con este tema, los ejemplos de Jordan y Malone quedan contrastados con la existencia de artículos publicados por Hoffman en 1990 y 1991, en los que se analizan los efectos y diferentes variables del trabajo offseason tanto en baloncesto como en fútbol americano.
Al igual que ocurre en prácticamente todas las parcelas relacionadas con el deporte, la importancia del trabajo Offseason se ha extendido y desarrollado a pasos agigantados en el deporte de élite, aunque también en el amateur. En los últimos años, en las redes sociales de deportistas de élite ya no solo vemos playas paradisíacas en verano, sino también salas de pesas y extenuantes sesiones de trabajo individual. La NFL incluso ha ido un paso por delante, calendarizando y organizando el período offseason, con sesiones de trabajo voluntarias organizadas en el entorno de cada equipo a lo largo de las semanas previas a las concentraciones de pretemporada. Podemos afirmar que en la actualidad, el deportista que llega a la pretemporada sin haber trabajado nada durante las vacaciones, puede partir en desventaja con respecto a sus compañeros. Pero, ¿por qué? ¿es realmente tan importante?
El descanso físico y mental son herramientas clave para el rendimiento del deportista, pero en un contexto donde se deja de entrenar por completo durante varias semanas, la línea entre descanso y desacondicionamiento puede ser muy fina, lo que a parte de hacer mella en el propio rendimiento, puede acarrear un mayor riesgo de lesión:
Estudios como el de Mujika y Padilla (2000) o Joo (2018) muestran una caída en tests de rendimiento aeróbico y VO2max en sujetos entrenados, a las dos semanas de inactividad (algunos estudios ponen este límite en 12 días). Si observamos qué pasa con la fuerza, encontramos que entre las 8 y las 12 semanas de inactividad se pierden las adaptaciones neurales y morfológicas (como el área transversal, tipo de fibra muscular, propiedades del tendón) de un músculo entrenado, decayendo la capacidad de producir fuerza (Bosquet, 2013). Si bien es un período relativamente largo, se observa que a partir de la tercera semana comienza este declive, algo que otro estudio de McMaster (2013) también reporta en jugadores de rugby.
Hay otros factores neuromotores y cognitivos más difícilmente cuantificables como las habilidades técnicas (skills de cada deporte) y tácticas, que se verán afectadas por el mismo fenómeno. Si a esto le añadimos, unos hábitos nutricionales y de higiene del sueño muy discutibles en el caso de algunos deportistas, tenemos la tormenta perfecta esperando a la vuelta de vacaciones. Esta es la razón por la que cada vez, más deportistas optimizan este tiempo para mejorar. ¿Cómo lo pueden hacer?
“Estudios como el de Mujika y Padilla (2000) o Joo (2018) muestran una caída en tests de rendimiento aeróbico y VO2max en sujetos entrenados, a las dos semanas de inactividad (algunos estudios ponen este límite en 12 días).”
Iván Vivo
“Aprovechar períodos como el offseason para ser un deportista más completo y resiliente son síntomas de una mentalidad de ganador.”
Iván Vivo
No vamos a descubrir nada nuevo al afirmar que hay muchos deportistas que compiten lesionados. Las llamadas non-time-loss injuries son muy comunes, según estudios como Dompier (2007) hasta de un 58.6%. Según otro estudio de Langhout (2018) este ratio es del 63% en futbolistas y en el caso de lesiones de cadera y pubalgias, hasta un 73% de los que las sufren, ya arrastraban molestias desde la temporada anterior. Aprovechar estas semanas, sin un calendario plagado de competiciones y con un equipo de trabajo centrado en la recuperación de estas lesiones puede ser una decisión que cambie la carrera de un deportista en el medio y largo plazo. La importancia del trabajo Offseason se hace evidente.
Mejora tus skills
Jordan Poole ha sido una de las sensaciones de los Golden State Warriors, recientes campeones de la NBA. En su año de rookie, Poole promedió un pobre 33% de acierto en tiros de campo. En una entrevista en el verano de 2020, afirmaba estar trabajando duro para mejorar este porcentaje, así como visualizando vídeos de sus compañeros Klay Thompson y Stephen Curry para ser capaz de hacer lo que ellos hacían. La siguiente temporada, su porcentaje de tiros de campo subió drásticamente hasta un 48% y su aportación al equipo sigue creciendo año a año.
En la temporada, el calendario de competición manda y especialmente en deportes de equipo, solo existe el próximo partido. Entrenar fuera de esta dinámica, enfocado en uno mismo y en la mejora de habilidades potencialmente determinantes, o en la corrección de los puntos más débiles, va a ser una gran ventaja con respecto a los demás. El único momento para hacerlo durante el año es en el offseason.
Adopta una cultura de trabajo. Llegar a la élite de un deporte es duro, mantenerse todavía más, y requiere cumplir ciertos compromisos autoadquiridos, de ahí la importancia del trabajo Offseason. La vida del deportista del alto rendimiento es corta, y para prolongarla lo máximo posible no basta solo con entrenar cuando es obligatorio. En un mundo hipercompetitivo las ganancias marginales son cada vez más importantes, y aprovechar períodos como el offseason para ser un deportista más completo y resiliente son síntomas de una mentalidad de ganador.
Todos tenemos un verano que lo cambió todo…
Bosquet L, Berryman N, Dupuy O, Mekary S, Arvisais D, Bherer L, Mujika I. Effect of training cessation on muscular performance: a meta-analysis. Scand J Med Sci Sports. 2013 Jun;23(3):e140-9. doi: 10.1111/sms.12047. Epub 2013 Jan 24. PMID: 23347054.
Dompier TP, Powell JW, Barron MJ, Moore MT. Time-loss and non-time-loss injuries in youth football players. J Athl Train. 2007 Jul-Sep;42(3):395-402. PMID: 18059996; PMCID: PMC1978461.
David W. Eccles, Gabriela Caviedes, Yannick A. Balk, Nate Harris & Thomas W. Gretton (2021) How to Help Athletes Get the Mental Rest Needed to Perform Well and Stay Healthy, Journal of Sport Psychology in Action, 12:4, 259-270, DOI: 10.1080/21520704.2021.1873208
Hoffman, Jay R.1; Kraemer, William J.2; Fry, Andrew C.2; Deschenes, Michael3; Kemp, Michael3 The Effects of Self-selection for Frequency of Training in a Winter Conditioning Program for Football, Journal of Strength and Conditioning Research: August 1990 – Volume 4 – Issue 3 – p 76-82
Hoffman, Jay & Maresh, Carl & Armstrong, Lawrence. (1991). Effects of off- season and in-season resistance training programs on a collegiate male basketball team. Journal of Human Muscle Performance. 1. 48-55.
Joo CH. The effects of short term detraining and retraining on physical fitness in elite soccer players. PLoS One. 2018 May 10;13(5):e0196212. doi: 10.1371/journal.pone.0196212. PMID: 29746505; PMCID: PMC5944970.
Langhout R, Weir A, Litjes W, Gozeling M, Stubbe JH, Kerkhoffs G, Tak I. Hip and groin injury is the most common non-time-loss injury in female amateur football. Knee Surg Sports Traumatol Arthrosc. 2019 Oct;27(10):3133-3141. doi: 10.1007/s00167-018-4996-1. Epub 2018 Jun 2. PMID: 29860603; PMCID: PMC6754353.
McMaster, D. T., et al. The development, retention and decay rates of strength and power in elite rugby union, rugby league and american football: A systematic review. Sports Medicine vol. 43 367–384 (2013).
Mujika I, Padilla S. Detraining: loss of training-induced physiological and performance adaptations. Part I: short term insufficient training stimulus. Sports Med. 2000 Aug;30(2):79-87. doi: 10.2165/00007256-200030020-00002. PMID: 10966148.
Iván Vivo es Fisioterapeuta Deportivo y Osteópata (MsC).
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