Varios entrenadores de Valencia Basket serán profesores en el Youth Procoach. Otros continuarán con su etapa de formación participando como alumnos. La sinergia entre ambas marcas, Sport Coach y Valencia Basket, es total.
De Valladolid a Valencia hay más de 500 kilómetros. Esa fue la distancia que recorrió Gonzalo Muinelo persiguiendo su sueño, un sueño, el de ser entrenador, que compatibiliza con su labor como investigador en la Universidad Politécnica de Valencia, pues también es ingeniero industrial.
Tras varios años como ayudante en el equipo EBA, el coronavirus le ha privado de poder participar en citas importantes con el Cadete A del Valencia Basket, categoría en la que se estrenaba y en la que repetirá el próximo año, ojalá sin contratiempos, como primer entrenador. Tras cinco temporadas en el club Gonzalo es perfectamente consciente del privilegio que ello supone y trabaja duramente “para devolver por diez, si es necesario”, la confianza puesta en él.
Él será uno de los entrenadores del club taronja presente en L´Alqueria, unas instalaciones que conoce muy bien, para la fase presencial del Youth Procoach, una cita para la que apenas resta una semana y en la que Gonzalo seguirá ejercitando una de sus principales cualidades: la curiosidad.
La exigencia de un club como Valencia Basket
La principal diferencia que yo noté cuando llegué, en comparación con mis experiencias en Valladolid, con el añadido de empezar como ayudante en EBA y entrenar a jugadores que tenían que estar preparados para ayudar en el equipo ACB, fue esta exigencia. Exigencia no solo a nivel de entrenador, sino también de estructura. Exigencia también a la hora de planificar, proyectar… En mi caso esto ha supuesto un crecimiento constante.
Las bases del proyecto de Valencia Basket ya están sentadas.
Y esta exigencia se percibe aún más con el tema de L´Alqueria, pues las facilidades que nos concede esta instalación hay que plasmarlas, no tanto en resultados como en una buena línea de trabajo, que los jugadores mejoren, que progresemos como cantera. Y esto es más complicado que ganar una medalla. Se trata de crecer y dar pasos adelante.
La consolidación de una cultura: un proceso aún en marcha.
Creo que, aunque aún hay que darle algunos años, las bases del proyecto de Valencia Basket ya están sentadas. No solo con L´Alqueria, sino también con, por ejemplo, la llegada de Ángel Cepeda, que para mí ha significado mucho, y también la de Andreu Casadevall como jefe de cantera. Sus ideas no se van a ver reflejadas ni este año ni al siguiente, pero en un período razonable de cinco o seis años será un éxito si empezamos a ver jugadores de nuestra cantera consolidados en ACB, LEB Oro, Plata…
La frontera entre baloncesto de formación y profesional tiene más que ver con la estructura de competiciones.
No siempre se pueden sacar jugadores para un equipo de élite como Valencia, pero ver a jugadores como Josep Puerto, en proceso de consolidarse y con mucho margen de crecimiento, o Guillem Ferrando, que ya está a un muy alto nivel a pesar de su juventud, indican que el camino está trazado y el trabajo es bueno.
La frontera entre el baloncesto de cantera y el baloncesto profesional
Evidentemente hay diferencias entre el baloncesto de formación y el baloncesto senior, pero también depende del perfil del entrenador del primer equipo. Por ejemplo, Jaume Ponsarnau es un excelente formador y estoy seguro de que cada entrenamiento en el que participa algún jugador de la cantera les sirve para aprender.
La exigencia de resultados en categorías como LEB Oro o Plata no favorecen que el jugador pueda equivocarse.
La frontera tiene más que ver con la estructura de competiciones. Falta una categoría intermedia que sirva a los jugadores jóvenes para seguir formándose, que puedan seguir desarrollando sus cualidades a nivel individual. Las exigencias de resultado de categorías como LEB Plata o LEB Oro no favorecen que el jugador pueda equivocarse, que al final es lo que tiene que hacer en su etapa de formación: equivocarse y aprender de los errores.
En nuestro caso, el equipo EBA supone una buena piedra de toque, y además cuentan con la oportunidad de ayudar al primer equipo, tanto en pretemporada como en temporada, pero ese tránsito entre junior y élite es complicado porque muchos jugadores no están hechos, estoy pensando sobre todo en los jugadores grandes, que necesitan más maduración. Muy pocos están preparados al salir de junior para dar el salto al primer nivel.
Los entrenamientos añadidos. El tiempo extra.
Lo cierto es que sí que tenemos planificadas tecnificaciones por las mañanas, aprovechando posibles huecos en su actividad académica o llegando a acuerdos con centros escolares situados cerca de L´Alqueria.
No es necesario posicionarse en el debate sobre la táctica en formación. Hay que entrenar en función de las necesidades de cada jugador.
Este tiempo extra es muy valioso, no ya para entrenar técnica individual, que a fin de cuentas supone más de la mitad del trabajo con los equipos, sino para tener ese puntito extra y poder ser más específicos con el jugador. Y no solo para tecnificar, como te decía, sino también para poder realizar una preparación física individualizada, que a veces es necesaria.
La táctica en formación, un asunto polémico.
Yo creo que no es necesario posicionarse. Hay que enfocar el trabajo en función de las necesidades del jugador, en función de lo que le falte. Hay jugadores muy virtuosos técnicamente con los que tienen que enfocarte en la comprensión del juego, en la enseñanza de los espacios. Y, sin embargo, hay jugadores con carencias técnicas individuales que pueden necesitar refuerzos en este sentido.
Al cabo del día estás tan en contacto con otros equipos y entrenadores que siempre termina generándose un debate
No creo que haya un método de “solo técnica” o “solo táctica”. Cada jugador demanda algo diferente, aunque sí creo que debemos tener en mente que se trata de un juego de cinco contra cinco en el que es necesario comprender los espacios, qué hacer y dónde movernos en función de lo que hacen los compañeros. En fin, que no es un uno contra uno, que juegan otros cuatro compañeros, hay cinco defensores, y que a veces basta con ser una amenaza para generar un espacio. Pero hay que combinarlo todo.
El aprendizaje comunitario y la formación continua. La vida en un “hub”. El “Turia Valley”
La importancia que se le da a la formación continua es notoria. Basta con ver que cada mes, o cada tres semanas, tenemos una formación, bien sea con un entrenador de fuera o un entrenador de la casa. La formación es vital, hay que estar cada día aprendiendo. Si no nos formamos nosotros, ¿cómo vamos a formar a nuestros jugadores?
También es cierto que cada día estamos en contacto con tantos equipos, tantos entrenadores buenos, que por sí solo se genera, siempre, algún debate. ¿Por qué haces esto así? O te quedas viendo un entrenamiento, tomas un detalle, adaptas un ejercicio. Y puedes esperar al final y preguntar. Y a todo eso hay que sumar la oportunidad de estar como ayudante de entrenadores muy buenos, en mi caso Rubén Burgos y Ángel Cepeda, con los que he aprendido mucho.
Que en Valencia Basket los entrenadores tengamos cierta continuidad tiene que ver con el tiempo y los medios que el club invierte en nuestra formación.
Pero en el mismo día a día me sigue apeteciendo ver el entrenamiento del EBA o llegar un poco antes a L´Alqueria para preparar el entrenamiento con mi ayudante e ir juntos a ver la sesión de algún otro equipo y al final siempre ves algo bueno que acabas probando en tu equipo. Al final eso es formación continua: observar maneras diferentes de ver el baloncesto, lo que siempre te enriquece.
Frente al entrenador “de paso”, la continuidad y la vinculación con el proyecto
Efectivamente, que haya una cierta continuidad tiene que ver con el tiempo que invierte Valencia Basket en nuestra formación, dándonos los mejores medios. Es lógico que, desde el punto de vista empresarial, quieran hacer buena esta inversión y apuesten por la gente que tienen en la casa y, además, todos los que estamos demostramos a diario que trabajamos por y para el club. Sentimos el orgullo de trabajar en una casa como esta e intentamos devolver lo que nos dan si es posible multiplicado por diez.
Solo viendo los nombres que hay, sabes que el Youth Procoach va a ser un curso de máximo nivel.
Además, la cultura del esfuerzo está presente siempre. Al igual que le pedimos un poco más a los jugadores, también el club nos pide un esfuerzo más para ver si podemos hacer tecnificaciones, dar cursos. Todo lo que se pueda se intenta hacer. La exigencia viene desde arriba.
El Youth Procoach
Cuando vas a este tipo de cursos esperas sacar el mayor número de detalles e ideas posibles para luego adaptarlas. Ya el Procoach fue un auténtico éxito y del Youth, ya solo viendo los nombres que hay, sabes que va a ser un curso del máximo nivel. Como entrenador muchas veces te preguntas cómo lo hará este entrenador, o este otro, y cursos como este te lo ponen casi en bandeja.
Surgirán, seguro, nuevas fórmulas de captación y tratamiento de la información que podrán ser útiles para evaluar a los jugadores o introducir mejoras en nuestros métodos de entrenamiento.
Lo que tenemos que hacer es ir, estar con los ojos bien abiertos, disfrutar y aprender. Cuando empezaba a entrenar era autodidacta y era un lujo poder ir a ver un entrenamiento del equipo ACB en Valladolid, mi ciudad. Ahora tenemos entrenadores ACB, de formación, en cuatro días, todo condensado. Es un lujo.
Ídolos, referentes.
Con Ángel Cepeda he aprendido muchísimo. Estos dos años con él han sido un auténtico máster de formación. Y luego la gente de aquí, Andreu, Chechu (Mulero), son gente que tiene mucho baloncesto a las espaldas y cada conversación con ellos es un auténtico máster. Pero si tuviera que decir un referente sería Ángel.
Baloncesto y ciencia. Ciencia y baloncesto en el futuro.
En América hay mucho más hecho que en Europa, a nivel de estadística, base de datos, control de parámetros. Tienen acceso a un tipo de información que nosotros todavía no tenemos ni controlamos. Llegará, en un futuro no muy lejano.
En formación es más complicado que esto se dé, pero seguro que surgirán fórmulas de captación y tratamiento de la información que puedan ser importantes para evaluar a los jugadores, intentar mejorar nuestro método de entrenamiento. Seguro que surgen muchas cosas porque la tecnología avanza cada día.